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Consejos y recomendaciones 5 abril 2024 | By Minifiv
Comité Editorial Blog miniFIV

¿Para qué se utilizan los probióticos vaginales?

Los probióticos vaginales ayudan a recuperar el equilibrio natural de la flora vaginal en casos de infecciones como vaginitis o vaginosis bacteriana. Estas patologías ginecológicas son muy frecuentes. De hecho, 3 de cada 4 mujeres las experimentan en algún momento de su vida. Sin embargo, no solo son eficaces cuando hay alteraciones en la flora vaginal, sino que también pueden utilizarse como forma de prevención. En este artículo, explicaremos qué son los probióticos vaginales y en qué casos están indicados. Además, resolveremos dudas habituales como si es posible usar óvulos probióticos y mantener relaciones sexuales al mismo tiempo.

¿Qué son los probióticos vaginales y qué tipos existen?

Los probióticos son microorganismos vivos que contribuyen a restaurar la flora vaginal. Esta, también conocida como microbiota vaginal, actúa como barrera natural frente a las infecciones del aparato reproductor femenino. Está formada por diferentes bacterias beneficiosas para el organismo. Entre ellas se encuentran los lactobacilos, que son las más abundantes en la vagina y se encargan de combatir la presencia de patógenos. En caso de que la microbiota no cuente con los microorganismos necesarios, el uso de probióticos ayuda a recuperarlos.

Los probióticos pueden administrarse por vía oral o vaginal. Los orales suelen ser comprimidos, mientras que los segundos son conocidos como óvulos vaginales. Estos son los más utilizados debido a que proporcionan un alivio rápido y eficaz al entrar en contacto directo con la zona afectada. Además, son muy fáciles de usar gracias a sus aplicadores. Respecto a la dosis, dependerá del tipo de infección, por lo que siempre debe consultarse con el ginecólogo. De hecho, solo son efectivos si se administran en las cantidades apropiadas y con el tipo de microorganismo del que hay una carencia.

Existen varios tipos de probióticos vaginales, entre ellos estos son los más comunes:

  • Lactobacilos
  • Bifidobacterias
  • Saccharomyces
  • Estreptococos
  • Enterococos
  • Escherichia
  • Bacilos

tipos de probioticos

Patologías ginecológicas habituales

Si la flora vaginal está alterada, los patógenos proliferan y reducen los lactobacilos. Esto puede ocasionar la aparición de patologías ginecológicas frecuentes como:

  • Vaginitis o vulvovaginitis: se trata de una inflamación de la mucosa vaginal y la piel vulvar. Se caracteriza por la presencia de escozor o dolor genital y de cambios en el flujo.
  • Vaginosis bacteriana: este tipo de infección se produce debido al aumento de bacterias. Esto altera el equilibrio natural de la microbiota. Los síntomas más comunes incluyen picor o ardor al orinar, así como secreciones vaginales abundantes y con mal olor.

Flora vaginal y fertilidad

Como ya os explicamos en otro blog, las alteraciones en la flora vaginal también están relacionadas con la infertilidad. Esto se debe a que estos desequilibrios pueden influir sobre el recorrido de los espermatozoides hasta fecundar el óvulo o sobre la implantación del embrión. No hay una relación directa entre infertilidad y flora vaginal alterada, pero sí se ha observado que una de cada tres mujeres con problemas para concebir presenta una reducción notable de microorganismos.

Da igual si buscas un embarazo natural o mediante reproducción asistida, es importante que cuides tu flora vaginal.

¿Cuándo deben utilizarse los probióticos vaginales?

Los probióticos vaginales se utilizan cuando la microbiota está alterada, es decir, cuando existe alguna infección o es recurrente. No obstante, también están indicados como forma de prevención para evitar que aparezcan patologías ginecológicas. Los factores más habituales que producen cambios o alteraciones en la flora vaginal son:

  • Menstruación: los sangrados de la regla tienen un pH neutro o alcalino que suele dificultar el correcto desarrollo de los lactobacilos, lo que favorece la proliferación de patógenos.
  • Cambios hormonales: la microbiota es más vulnerable a las infecciones cuando hay alteraciones en los estrógenos, una de las principales hormonas sexuales femeninas.
  • Uso excesivo de antibióticos: pueden generar desajustes en la flora vaginal, puesto que su función es actuar contra las bacterias, independientemente de que sean beneficiosas o perjudiciales para el organismo.
  • Duchas vaginales: realizar más de una al día y utilizar productos que no sean específicos para la zona íntima altera el equilibrio de la microbiota.
  • Hábitos de higiene inadecuados: cuidar la higiene es esencial para evitar la aparición de patógenos, especialmente después de mantener relaciones sexuales.
  • Ropa muy ajustada: el uso de ropa interior o vaqueros muy ceñidos puede provocar desajustes en la flora vaginal.

Uso de óvulos vaginales con probióticos y cuidado de la flora vaginal

Los especialistas recomiendan aplicar los óvulos vaginales preferiblemente por la noche para que se deshagan correctamente durante las horas de sueño. No es aconsejable usarlos durante la regla, porque podrían disminuir su eficacia al disolverse en la sangre y ser expulsados. Respecto a la posibilidad de utilizar óvulos vaginales con probióticos y mantener relaciones sexuales al mismo tiempo, es recomendable evitar la penetración y el contacto directo con los genitales durante el tratamiento. En caso contrario, el sexo puede resultar muy molesto y agravar la infección. También puede comprometer la eficacia de anticonceptivos como el preservativo.

Además del uso de óvulos vaginales con probióticos, los siguientes hábitos diarios ayudan a mantener el equilibrio de la flora vaginal:

  • Alimentación saludable: es recomendable aumentar la ingesta de alimentos óptimos para la microbiota, como los vegetales o el yogur, reducir los carbohidratos y los que contengan un exceso de azúcares.
  • Beber dos litros de agua al día: mantenerse hidratada ayuda a prevenir las infecciones. Las infusiones y los zumos naturales también son muy beneficiosos.
  • Cuidar la higiene íntima: es fundamental que el área genital esté limpia y seca. Además, es preferible emplear jabones específicos y no productos perfumados, aerosoles o polvos.
  • Utilizar ropa interior de algodón: la ropa interior y las medias de fibras naturales son transpirables y no causan irritación.
  • Acudir al ginecólogo de forma periódica: no solo hay que acudir en caso de presentar síntomas, sino también a las revisiones anuales.

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